ACEITES ESENCIALES

El post de hoy viene sin receta, pero creo que merece la pena compartir con vosotros mi historia con los aceites esenciales, por si os pica la curiosidad y os apetece iniciaros en este maravilloso mundo de olores y sus efectos en la salud. Son una potente herramienta que en mi casa ya ha sustituído al botiquín y a la caja de medicinas clásica, jajaj

Hace ya nueve años desde que inicié mi camino por el mundo de la salud integrativa. En 2012 empezaba a estudiar nutrición naturopática en Londres y un nuevo mundo se abría ante mí. Desde entonces comencé a explorar el uso de los aceites esenciales, tanto cómo recomendando ciertos aceites a mis clientes de nutrición como en mi casa y con mi familia.

Siempre he tenido un gran interés por aprender a llevar un estilo de vida más sostenible y esto me llevó a estudiar y entender la salud como algo global. Podría divagar horas tratando estos conceptos pero en realidad lo que os quiero contar hoy es por qué me gustan tanto los aceites esenciales y cómo los utilizo.

Uno de los campos que se abrió ante mi cuando comencé en este nuevo mundo fue el conocimiento de las plantas y la libertad que me ofrecía este conocimiento para no utilizar medicamentos sino remedios más naturales. Para los más escépticos, aunque dudo que haya muchos leyendo este post jejej, que quede claro que esto no quiere decir que los medicamentos no sean la mejor cuando los necesitamos realmente, simplemente que los sobreutilizamos cuando muchas veces no son necesarios.

Mi primer contacto fue con el aceite esencial de lavanda, supongo que por la versatilidad de sus usos, para relajarte, para dormir mejor, para golpes, para reducir el estrés, para calmar picaduras...Un multiusos que además huele de maravilla. En seguida comencé a indagar, encontré el aceite esencial de incienso con sus propiedades para reducir el estrés, para potenciar el sistema inmune, la memoria, reducir los signos de la edad en la piel, equilibrar las hormonas...Siguió el aceite esencial de limón, que no solo olía de maravilla sino que servía para eliminar manchas de la piel, para estimular el aparato digestivo y también para limpiar mi casa!

Se podría decir que soy muy particular para los olores. No me suele gustar que la gente huela mucho a perfume, ni la ropa, ni nada... Mi sentido del olfato es bastante agudo y en seguida se disgusta con los olores de los productos de limpieza, de belleza (champús, geles, cremas...). Así que poco a poco fui haciendo una selección de fragancias naturales y aplicando los aceites esenciales en mis rutinas cotidianas. Aceite esencial de sándalo en mi aceite vegetal para la cara, aceite esencial de pomelo en mi crema hidratante. Aceite esencial de clavo si me dolía una muela, aceite esencial de gaultería y menta para dolores musculares. Una gotita de aceite de arbol de té en el champú de los niños si alguien ha tenido piojos cerca, aceite esencial de tomillo y orégano si hay catarros, otitis o similar...En fin, la lista sigue mucho más allá y espero que siga creciendo y creciendo, porque esa es una de las cosas que más me engancha a todo este mundo, que nunca lo puedes saber todo y sigues aprendiendo cada vez más.

Como conclusión os puedo decir que mi botiquín casero está hecho a base de estos pequeños botecitos que a menudo me encuentro prestando a amigos y familiares para múltiples usos. Gracias a ellos no utilizo casi nunca (por no decir nunca) medicinas porque nunca llegamos a necesitarlas y mi casa huele a flores con limón, o con mandarina,o a cedro y clavo...es una maravilla.

Si os interesa aprender más sobre los aceites esenciales os dejo el link de mi próximo evento con doTERRA en el que mi compañera Joelle Copty os hará una presentación sobre los 10 aceites esenciales más comunes y fáciles de usar.

Link --> fb.me/e/3DAIFgsxO

En cualquier caso espero que estéis todos muy bien y que, con la ayuda de los aceites esenciales, os mantengáis más sanos y vibrantes.

Besos!