BARRITAS DE MUESLI

BEAUTY FULL BELLY
14 jun 2018
2 Min. de lectura

El desayuno es una de las comidas más importantes del día, sino la más importante. De hecho el refrán <<desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo>> es uno de mis totems en la alimentación, pero muchas veces es justo el momento del día en el que tenemos menos tiempo y acabamos desatendiendo esta primera comida tan importante. ¿Por qué es tan importante? Pues porque la comida es la gasolina del cuerpo, después de ayunar un mínimo de 8 horas e idealmente 12 (otro día os hablaré de los beneficios del llamado "ayuno intermitente") , el cuerpo necesita nutrirse para arrancar con energía un nuevo día lleno de retos y actividad.

Y realmente, desayunar como un rey, significa darle al cuerpo calidad nutricional más que cantidad, es decir, densidad de nutrientes más que calórica. Así que aquí entra esta receta, que, en una pequeña dosis, concentra todos los macronutrientes (proteína, hidratos de carbono integrales y grasas saludables) así como cantidad de micronutrientes como zinc, magnesio o vitaminas B, importantísimas para la producción de energía en las células. Además, al ser todo ingredientes integrales tiene mucha fibra y te ayuda a sentirte saciado más tiempo durante la mañana.

Es muy fácil de hacer y se conserva bastante tiempo refrigerada, así que además de hacer un desayuno completo ahorrarás tiempo por la mañana para alargar unos minutos más el sueño que es también un pequeño lujo :D

Pon una taza y media de copos de avena en el vaso de la batidora (vitamim, thermomix o similar) y pásalos a máxima velocidad un par de segundos para que se corten en trozos más pequeños (sin que se conviertan en polvo!). Añade las semillas (girasol, calabaza, cáñamo y chía) y pulsa unos segundos más. Vuélcalo todo en un bol grande y añade el resto de ingredientes secos, media taza de copos de avena enteros, la vainilla y la sal.

Ahora pon en el vaso de la batidora los dátiles (sin hueso!), el aceite de coco, el tahini y la leche vegetal y mézclalo a máxima velocidad hasta que se quede con una textura suave y homogénea.

Vierte la mezcla sobre los ingredientes secos, revuelve bien y, si es necesario, usa las manos para que todo quede bien ligado. Guárdala 10 minutos en la nevera. Extiéndela en un molde rectangular con un grosor homogéneo de unos 2-3 cm. Si te apetece puedes derretir un poco de chocolate (negro 80% de cacao es lo ideal) y repartirlo por la capa superior. Refrigérala otros 10 minutos y córtala en tiras o en cuadraditos. Guarda las barritas en un bote de cristal con un papel de cocinar entre medias para que no se queden pegadas y...listas!

Consérvalas en la nevera para que te aguanten más días.