KÉFIR DE AGUA - FERMENTADOS PARTE I
- BEAUTY FULL BELLY
- 8 feb 2018
- 4 Min. de lectura

Hace tiempo que tengo ganas de hablar de este tema en el blog. FERMENTACIÓN! Parece que asociada a comida nos sugiere ideas poco agradables...pero no debería ser así! La fermentación ocurre cuando un hidrato de carbono se convierte, de mano de nuestras amigas las bacterias y las levaduras, en un ácido o un alcohol. Gracias a este maravilloso proceso podemos disfrutar de cosas deliciosas como el yogur, las aceitunas, el vino, la salsa de soja o el pan de masa madre. ¿Ya va sonando mejor?
KÉFIR DE AGUA
El kéfir de agua es una bebida fermentada que se hace a partir de "granos de kéfir". Estos granos no son más que la unión simbiótica de bacterias y levaduras beneficiosas en una matriz de polisacáridos producidos por los propios microbios.
En el entorno adecuado crecen de forma estable transformando azúcar en ácido láctico, etanol (menos de un 1%) y dióxido de carbono, dando como resultado una bebida carbonatada de forma natural llena de probióticos. ¿Y qué tiene de interesante? Pues, a demás de ser una bebida deliciosa y fácil de preparar, nos aporta bacterias beneficiosas para ayudar a mantener un buen equilibrio de nuestra flora intestinal. Es muy versátil a la hora de saborizar, combina muy bien con cualquier fruta y es apta para todos los públicos ya que no contiene lácteos.
*Aunque las bacterias consumen el azúcar durante el proceso de fermentación, si tienes problemas de azúcar en sangre consúltalo con tu médico o especialista.
¿QUÉ PASA CON LAS BACTERIAS?
Aunque en la cultura occidental parece que hayamos iniciado una cruzada contra las bacterias para erradicarlas completamente de nuestras vidas, la realidad es que no todas son malas, ni peligrosas y que las necesitamos para la vida, al igual que ellas a nosotros.
Nuestro cuerpo es un perfecto ecosistema, fruto de la sabiduría ancestral de la naturaleza y de la evolución. Dentro de este ecosistema de cuerpo humano que conducimos y lucimos a diario, para que os hagáis una idea de la importancia de estas pequeñinas, llevamos instalados unos 10 millones más de bacterias que de células humanas (1). En el intestino se concentran en grandes cantidades, conformando parte del sistema inmune y donde desarrollan tareas metabólicas y de digestión (2). Así, un correcto balance de bacterias, nos ayuda a mantener el sistema inmune fuerte, a mejorar la digestión, a regular el tránsito intestinal, a producir antioxidantes, a mantener la piel sana y radiante, a reducir el colesterol, a cuidar de nuestros huesos y a controlar nuestros niveles de azúcar en la sangre (3).
Nuestra alimentación y estilo de vida tienen un gran impacto en la diversidad de bacterias que habita nuestro intestino. Una dieta natural y equilibrada, rica en fruta y verdura fresca tiene un impacto positivo sobre ellas, sin embargo el uso de medicamentos, especialmente antibióticos, el cloro del agua corriente, el exceso de azúcar o el estrés emocional contribuyen a su destrucción (1).
FERMENTACIÓN I
Muchas culturas del mundo incluyen deliciosos condimentos fermentados en su dieta cotidiana. Por ejemplo en España tenemos los encurtidos, que preparados de la forma tradicional, sin azúcares añadidos ni conservantes artificiales, son una opción muy saludable. En Alemania es típico el chucrut, el miso en Japón o el kimchi en Corea...todos deliciosos y llenos de probióticos!
El kéfir de agua es, en principio, originario de México (4), donde vive en los nopales a partir de los azúcares que éstos producen, aunque otras fuentes asocian su origen a la zona del Cáucaso, al Tíbet o incluso a Japón.

Instrucciones para preparar kéfir de agua de forma fácil, saludable, y económica:

Los granos de kéfir se pueden comprar por internet o los puedes conseguir a través de un amigo o conocido. Una vez que empieces a producir se irá reproduciendo y tendrás que regalar o tirar un poco cada cierto tiempo (ojo! no lo tires por el fregadero!).
Simplemente mezcla un litro de agua con un cuarto de taza de azúcar integral de caña. Coloca los granos de kéfir dentro del bote de cristal con el agua endulzada, tápalo con el trozo de tela para evitar que caiga polvo o insectos dentro, dejando que el hongo respire, y ponlo a reposar 48 horas. Si te apetece puedes añadir una rodaja de limón y un dátil al bote, a las bacterias les encanta y deja un gusto muy agradable.
Pasado este timpo, utilizando un colador de tela, pasa el agua a una botella para consumir y vuelve a repetir todo desde el principio. El agua resultante la puedes tomar tal cual o con un poquito de zumo de fruta. Prueba distintas combinaciones para encontrar tu favorita. En casa nos encanta fresquito con una rodaja de limón.
Para conseguir que tu kéfir tenga más gas de forma natural, un sabor todavía más delicioso y más vitaminas y encimas digestivas puedes hacer una segunda ronda de fermentación.
En un bote con tapa hermética pon el agua de kéfir (sin los granos) con un poco de zumo de fruta, con un poquitín más de azúcar de caña integral o con trozos de fruta a tu elección (limón, naranja, mandarina, fresa, jengibre o piña son algunas de las pruebas que yo he ido haciendo y me han gustado). Déjalo reposar bien cerrado sobre la encimera de la cocina durante 2 o 3 días. Pasado ese tiempo,el azúcar de la fruta o del zumo que hayas añadido se habrá consumido y el agua tendrá todavía más burbujitas. Entonces puedes embotellarlo y guardarlo en la nevera para consumir.
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